Manifiesto
- Toda bicicleta merece una segunda oportunidad (y una tercera y una cuarta también).
- No existe la bicicleta “obsoleta”.
- No existe la “bici mala”. Malo es el dengue y el neofascismo encubierto.
- No se debe criticar a las “bicicletas pesadas”, sino buscar su razón de ser.
- La Ciclét (en adelante “L.C.”) apoya el uso de flecos y asiento banana.
- L.C. considera que girar el manubrio de carrera hacia el cielo, es un sublime acto de rebeldía y autodeterminación.
- Las bicicletas no tienen la culpa de lo que les hacen los supermercados (e inescrupulosos en general).
- Las bicicletas no tienen la culpa de que les agreguen un motor.
- Los chinos no tienen la culpa de las faltas de respeto hacia las bicicletas de su mismo origen.
- Las bicicletas no desean tener frenos de plástico.
- No a las ciclovías. La Ciclét lucha por la erradicación TOTAL del transporte automotor.
- L.C. considera que los pueblos chino y holandés (por citar dos ejemplos) se encuentran en un estadio evolutivo superior.
- L.C. condena el trabajo esclavo y/o infantil en todas sus formas.
- L.C. considera víctimas de la esclavitud y la homogeneización globalizante a los velocípedos sojuzgadas por los sistemas de bicicletas semipúblicas del mundo.
- L.C. respeta a las bicicletas brasileras con el aro en el medio del cuadro, pero duda de las intenciones de sus fabricantes.
- Toda tarea del ser humano puede ser realizada sobre una bicicleta (siempre que se le practiquen las adecuaciones pertinentes).
- L.C. no discrimina a triciclos, tándems, monopatines, u otras formas de vehículos de ruedas y tracción humana.
- L.C. no considera a las motos como familiares de las bicicletas.
- Los ladrones de bicicletas no son unos inadaptados sociales, sólo pertenecen a un paradigma diferente, todavía incomprensible por nosotros (demasiado impregnados por el capitalismo salvaje)*.
- Ninguna bicicleta es esencialmente “de policía”, eso es cosa del hombre.
- Ninguna bicicleta es esencialmente “de competición”, eso también es cosa del hombre.
- Ningún humano es capaz de adivinar el nombre de su bicicleta (y en el caso de que algún afortunado llegase a oírlo, sería incapaz de pronunciarlo correctamente). Por eso, los humanos deben referirse a su rodado utilizando el nombre de “bicicleta”, “bici”, “biciclo”, “rodado de tracción humana” o “velocípedo”, y jamás con un nombre humano o símil canino.
- Las bicicletas no poseen vida, mucho menos sentimientos o percepción alguna de la realidad material, pero si memoria y paciencia.
- L.C. considera a la bicicleta y al tren “transportes amigos”. El subte también podría serlo, pero los patrones y políticos se oponen a eso más fuertemente que a la personería gremial de los trabajadores.
- L.C. considera a los rodados de tracción humana “medios de transporte de expansión de la precepción”, por eso no se opone a la conducción de bicicletas bajo los efectos de drogas sociales y/o chamánicas (pero sugiere enfáticamente que esta actividad sea desarrollada responsable y respetuosamente, teniendo en cuenta la importancia de la vida e integridad física de los demás ciclistas y seres en general).
- Para L.C. no existe el ciclista “pajarraco”.
- L.C. duda de la vigencia del presente manifiesto.
*en este punto, La Ciclét busca algo que le ayude a controlar el odio.
1 comentario:
Excelente!!!
Publicar un comentario